El funeral de la reina Isabel II ha reunido a unos 500 dignatarios de todo el mundo, entre presidentes, jefes de estado y otros reyes y reinas; hoy, Londres es la capital del mundo.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el de Francia, Emmanuel Macron, el de Brasil, Jair Bolsonaro, los monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, y el emperador japonés Naruhito, llegaron a la Abadía de Westminster para el funeral de Estado.
Por su parte, México envió a su canciller, Marcelo Ebrard, en representación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En contraste, en la lista de los que no fueron invitados se encuentran presidente ruso, Vladimir Putin, su colega de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, el venezolano Nicolás Maduro, el presidente de Siria, Bashar al Assad, personajes elípticamente puestos en la lista de “los malos”.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, presentan un desafío de seguridad “mayor que los Juegos Olímpicos de 2012″, dijo a la prensa el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.